HISTORIA DEL JABÓN

A lo largo de la historia, diversas civilizaciones utilizaron diferentes ingredientes para la elaboración del jabón: una grasa (de origen animal o vegetal) y un álcali (de sodio o potasio), dando origen a una de las reacciones más antiguas, la saponificación. El jabón, un artículo de primera necesidad en la actualidad, con diversidad de formas, colores, aromas y propiedades, tiene un origen incierto. Aunque se tenga conocimiento de los primeros vestigios del jabón en la historia humana, no se cuenta con un dato exacto de su origen. Cuenta una leyenda romana que el origen del jabón (del latín saponem, derivado del germánico saipon), proviene del monte Sapo, ya que la lluvia arrastraba la grasa fundida de los animales sacrificados junto con las cenizas de madera y el barro hasta las orillas del río Tíber, en donde los esclavos descubrieron las propiedades de limpieza que tenía. La referencia más antigua del jabón se encontró en tabletas de arcilla en la región de Sumeria (Mesopotamia), donde se menciona en el año 3,000 a.C. la preparación de una sustancia para lavar la lana, mezclando agua, álcali (potasa) y aceite de acacia.

Pasando por los Egipcios que tenían la receta de un jabón que se utilizaba como ungüento para curar infecciones en la piel, por los Griegos y Romanos que preferían el uso de aceite de oliva para asear su cuerpo, por los Hebreos que usaban el jabón para la limpieza corporal y espiritual, y por los Fenicios que llevaron el arte de la fabricación del jabón a Europa, tuvieron que pasar siglos para que el jabón se fabricara para comercializar.

El comercio del jabón en Europa tuvo sus orígenes desde el año 700 en Venecia, después la región del mediterráneo de España, Italia y Francia fue una tierra fértil para la producción y comercialización del jabón debido a la abundancia de aceite de oliva y de soda en la región, naciendo así los Jabones de Castilla y de Marsella, creados en los siglos VII y XIV respectivamente, cuya diferencia entre ellos es por la utilización de otros aceites vegetales en el de Marsella. Después llegó la peste negra a finales de la Edad Media donde se suspendió el uso de jabón debido a la creencia errónea de que el baño propiciaba el contagio, así que la producción de jabones en Europa se vio afectada.

En América, los Aztecas y Mexicas, culturas donde el baño diario y el lavado de ropa frecuente eran importantes, utilizaban las saponinas de dos plantas: la raíz de Xiuhamolli (para el lavado de ropa), y, la corteza y fruto del Copalxocotl (para el lavado de cuerpo y cabello). Después de la Conquista de México, se instaló la primera almona en el año 1575, donde se utilizaban el tequesquite (sal mineral natural) y algunas plantas para la fabricación de jabones.

Durante siglos fue evolucionando la producción del jabón, pasando por la elaboración artesanal de jabones con ingredientes locales; el descubrimiento de la obtención sintética de la sosa por Leblanc, y la producción de sosa a gran escala por Solvay, logrando con ello abaratar la producción del jabón; el perfeccionamiento de la producción del jabón gracias al estudio de la naturaleza de las grasas por Chevreul; los avances en el transporte facilitando el acceso a nuevas materias primas como el aceite de coco y el aceite de palma, ingredientes exóticos que mejoraron la imagen del jabón; y, la invención de la prensa refrigerada por Klumpp, para crear la pastilla de jabón como la conocemos.

Actualmente los jabones comerciales son formulados de manera diferente a la historia antes contada, estos “jabones” están elaborados con químicos sintéticos y aceite mineral derivado del petróleo, que pueden irritar tu piel o inclusive causar alergias; en sus características se asemejan más a los detergentes que sólo dañan tu piel y contaminan abrumadoramente a nuestro planeta.

En C’EST LA VIE nos enfocamos en El Renacer de lo natural, donde elaboramos jabones naturales mediante procesos artesanales en frío, generando productos más afines con la piel. Siendo nuestros objetivos principales crear productos con ingredientes naturales que ayuden a tener una piel más suave y saludable, y, respetar el medio ambiente al ser biodegradables.

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